martes, octubre 12, 2004

Family offices y gestión de patrimonios

Términos clave: family offices, patrimonios, rentabilidad financiero-fiscal, rentabilidad-riesgo.

Superado el duro período tras el Internet bubble-burst, y provisionadas todas las fallidas aventuras puntocom de las entidades financieras, las divisiones de banca privada de muchas de ellas afrontan con renovado optimismo un nuevo período y dejan atrás los recortes ( amputaciones, casi) de recursos que sufrieron por aquellas aventuras y la propia burbuja ( al fin y al cabo, si los mercados suben, el monto de comisiones variables aumenta ).

En el sector se apunta a que nos espera un período interesante en lo que a gestión de patrimonios se refiere en los próximos años. Y es que, aunque no lo parezca, hay mucha gente que tiene mucho dinero ( estaréis de acuerdo conmigo ... ). Y más aún, mucha de esa gente no está recibiendo apenas asesoramiento, o a lo sumo no más allá que el de la persona de confianza de la sucursal de turno que carece de la visión global del patrimonio del cliente, mucho del mismo está almacenado en forma de ladrillo.

Interesante (y breve) artículo el publicado por Bolsa de Madrid que describe acertadamente las necesidades de esos patrimonios haciendo mención de las family offices y sus necesidades (http://www.bolsamadrid.es/esp/bolsamadrid/publicacion/revista/2004/04/p61-63.pdf).

A destacar todavía la falta de conciencia ( cada vez menos ) de los dueños de esos patrimonios acerca de la necesidad de tener una gestión profesional y pagar ( sí, sí, pagar -lo gratis siempre sale caro ) por ese servicio. Y, salvando los perjuicios creados en la opinión pública por casos inolvidables como Gescartera, que injustamente salpican al sector y al resto de entidades serias, no se aguanta que a parte del patrimonio no se le esté exigiendo el mismo grado de retorno que al obtenido por ejemplo en la propia actividad industrial de la empresa familiar. Más que ningún otro, ese patrimonio debe estar en manos expertas, y abandonar la idea de que uno mismo es el mejor gestor: en realidad es el peor enemigo.

Definir riesgos, y determinar la adecuada rentabilidad financiero fiscal, cruzada con parámetros de riesgo - rentabilidad objetivo, y atendiendo a los flujos que se generen en el propio devenir cotidiano, deberían ser cuestiones que deberían estar bien atadas por parte de los poseedores de tales patrimonios, y proporcionadas por expertos.

Más aún, si el volumen permite alcanzar el umbral de rentabilidad, no deberían "casarse" con ninguna entidad financiera para lo que concierne a gestión ( la función de depositaría es cierto que es más cautiva, pero atiende básicamente a estructura de costes y nivel de servicio y su oferta es más homogénea ). Deberían casarse con un family office ( persona o equipo ) asesor global que recomendara la mejor de las opciones en todo momento - hablemos claro, las entidades "tienen" que vender "sus" productos, es inevitable-.

Volveremos a tratar de cuestiones relacionadas, sin duda.